Desde los primeros años de vida, las actividades lúdicas son una herramienta esencial para el desarrollo. Pero no todas son iguales ni cumplen las mismas funciones. El juego simbólico, por ejemplo, ayuda a entender cómo construyen los niños el mundo que les rodea. Estas dinámicas no son solo una fuente de diversión, sino también una vía para estimular habilidades cognitivas, sociales y emocionales. Es el momento en que el juego simbólico inicia, alrededor de los 2 años. Empiezan a imitar acciones del día a día (dar de comer a sus muñecos, por ejemplo, o representar una llamada telefónica).

  • Es importante tener en cuenta que el juego les permite expresar emociones que no pueden expresar de otras formas y pueden, también, recrear situaciones que necesitan explorar.
  • En el juego simbólico, se imitan situaciones de la vida real o se crean escenarios imaginarios utilizando objetos, gestos o palabras como símbolos.
  • Son situaciones cuotidianas, también, pero de menos frecuencia.
  • El juego simbólico, por ejemplo, ayuda a entender cómo construyen los niños el mundo que les rodea.
  • Hablar como un profesor no es lo mismo que hablar como un bebé, y ellos lo practican.
  • En esta fase, el juego se centra en su propio cuerpo y en acciones familiares.

Los Superpoderes del Juego Simbólico: Beneficios Clave para el Desarrollo

Se considera que en este punto, de los 5 años aproximadamente en adelante, las historias son más complejas y largas. Se puede mezclar la realidad con la fantasía en sus recreaciones y aparecen aspectos como la negociación de las reglas en el juego. En definitiva, los juegos tienden a ser más estructurados, con normas internas y mayor cooperación grupal. Se empiezan a atribuir nuevas funciones a los objetos que son distintas de las reales.

¿Cómo Podemos Fomentar el Juego Simbólico en Casa?

Así pues, entendemos por juego simbólico todas aquellas actividades espontáneas en las que los niños utilizan su capacidad de abstracción o representación mental para recrear un escenario de juego. A medida que crecen, el juego se convierte cada vez más en un espacio de conexión e interacción. Los niños se implican en juegos cooperativos con frecuencia bien sea con hermanos/as o con otros iguales. Así pues, desarrollan habilidades sociales, comunicativas, de negociación y resolución de conflictos. El juego simbólico forma parte del desarrollo de los niños y niñas. Es especialmente importante puesto que está relacionado con diferentes áreas que van a impactar en su vida a medio y largo plazo.

El juego simbólico es el terreno de cultivo de la imaginación. Fomentar esta capacidad desde pequeños les ayudará a ser adultos más creativos, flexibles y con mayor capacidad para encontrar soluciones innovadoras a los problemas. El juego simbólico fue descrito por primera vez por Jean Piaget —psicólogo altamente reconocido por su teoría del desarrollo cognitivo—.

Se puede observar un juego más complejo en el que los roles que se asumen también lo son. Se crean historias más elaboradas en las que se pueden crear escenarios imaginados. Además, en este punto ya se aprecia la interacción y cooperación con iguales con el objetivo de crear dichas escenas y pueden también usar disfraces en sus representaciones. Hay diferentes tipos de juego dependiendo del momento evolutivo en que las criaturas se encuentren.

Desarrollo emocional

En este artículo nos centramos en describir el juego simbólico; hablamos de sus principales características y etapas, así como también exponemos por qué es tan importante. Por último, hablamos sobre cómo podemos favorecer el juego simbólico. Se construyen escenarios más elaborados y se sigue una serie de reglas acordadas entre los participantes. Estas representaciones favorecen la cooperación, el pensamiento lógico y la capacidad para resolver problemas. Puede coger un bloque y pasárselo por el pelo como si fuera un cepillo, o dar de «comer» a su muñeco con una cuchara vacía.

En esencia, es mesa de ruleta el arte de crear realidades alternativas. El niño utiliza símbolos para dar un nuevo significado a los objetos y a las situaciones que le rodean. Para facilitar la búsqueda de recursos os ofrecemos una serie de enlaces, en los cuales encontraréis las mejores opciones para crear los diferentes rincones de juego simbólico.

Juego simbólico dirigido a objetos (2-3 años)

Al ponerse en el lugar de otros (un papá, una heroína, un amigo triste), el niño desarrolla la empatía. Aprende a entender y gestionar sus propias emociones y a reconocer las de los demás. Además, al jugar con otros, practica la negociación, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos. Los niños amplían su vocabulario, construyen frases más complejas para narrar sus historias y aprenden a usar el lenguaje en diferentes contextos sociales. Hablar como un profesor no es lo mismo que hablar como un bebé, y ellos lo practican.

¿Por qué estudiar el Grado en Pedagogía si te interesa la educación infantil?

En definitiva, el juego simbólico es mucho más que un entretenimiento. Es el lenguaje principal de la infancia, la herramienta con la que los niños construyen su comprensión del mundo y de sí mismos. Así que la próxima vez que veas a tu hijo absorto en una conversación con un zapato-teléfono, sonríe.

Poco a poco avanza hasta que empiezan a utilizar objetos en representación de otros (una caja como cohete) e imitan roles “sencillos” o del día a día (progenitores, médicos, etc.). Se desarrolla progresivamente y está profundamente ligada a la capacidad de pensamiento abstracto. El célebre psicólogo Jean Piaget fue uno de los primeros en estudiar a fondo esta etapa, considerándola una pieza clave en el desarrollo de la inteligencia infantil.